Aborrecible.

Nigeria. Dos bultos blancos hundidos en la tierra. Personas alrededor con piedras en sus manos, la mayoría hombres iracundos que ansían desembarazarse de su rabia contra ellos.

Nigeria. Dos sábanas envolviendo los cuerpos de dos mujeres a punto de morir apedreadas.

Nigeria. Dos cuerpos preparados para morir dolorosamente arropados en el blanco níveo de una tela rasgada tan sólo para sus ojos.
Ojos, que ven horrorizados como se arman las manos de muchos para ser descargadas ante ellos y en su contra.

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra…hermosa frase que deben desconocer por completo esos hombres que apuntan despiadadamente hacia esas mujeres muertas incluso antes de sentir tan duro bombardeo sobre ellas. Mucho antes, se instaló en ellas el miedo profundo a morir de forma tan lenta y cruel.

Mujeres que nada son en un país en el que nacen para ser serviles, para no sentir placer, para trabajar y sufrir sin equívoco alguno.

Amar no les es lícito. Hacerlo fuera de lo establecido por leyes masculinas…menos aún.
La muerte es su final certero de formas distintas, pero seguras.
Pero hacerlo de forma tan despiadada, además es una deshonra, una burla del destino con el que nacen impuestas.

Lapidación le llaman.

¿Existe la más remota posibilidad de concienciar a esos seres despreciables del dolor insoportable por el que han de pasar esas mujeres que nada les importan y nada son?
Imposible, precisamente por eso: porque sólo son mujeres…
Podemos consternarnos por muchas cosas en este terrible mundo en el que vivimos, y sin lugar a dudas, esta es una de ellas. Una más que sumar a la lista.

Lamentablemente…