martes, 28 de octubre de 2008

El cielo por techo.

Vivir en la calle es un problema conocido. La gente que así lo hace son conocidos coloquialmente como “los sin techo”. Apodo, que no creo que les sea de gran ayuda para levantarles el ánimo ante la penosa situación en la que se encuentran.

Esa forma de malvivir, dejando a un lado la crueldad que ella en sí misma representa, es por ende una manera de “jugarse el pellejo” cada día que pasan en ese piso inmenso en el que se pasean por suelos diversos y con vistas al cielo infinito.

Casos dramáticos hemos escuchado todos en alguna ocasión de seres en estas condiciones, que han sido vituperados, masacrados e incluso asesinados.

¿Y por qué? Por capricho, diversión ¿? Simplemente por salir del aburrimiento…

No hace tanto de la muerte de una de estas personas, a la que quemaron viva dentro de un cajero, en el que se resguardaba de la inclemencia del tiempo.

Ningún mal hacía a nadie, tan sólo trataba de sobrevivir en esta jaula de grillos en la que habitamos todos y en la que cada vez estamos menos cuerdos.

La imagen de tres adolescentes molestándola, tirándole objetos o pateándola, se nos queda grabada en la retina y el corazón.

La de después prendiéndole fuego, según ellos de forma accidental, con un bidón de disolvente…nos horroriza.

Que este es un tema tan cotidiano ya que no nos sorprende en absoluto, no quiere decir, bajo mi punto de vista, que nos sea indiferente.

Ocurre que el ser “humano” ha llegado a unos límites de crueldad tan exacerbados que lo hemos asumido para nuestra propia comodidad como algo usual e incluso lógico???

Que unos críos entiendan como diversión el matar a alguien, a otra persona, debería mover los cimientos de una sociedad en decadencia, en retrospección.

Parece ser que vamos caminando con paso certero hacia una involución de la especie, donde el más bravo, el más fuerte de la tribu, gobernará al resto.

No me sorprendería, tampoco, que de aquí a no ha mucho tardar, veamos escenas de hombres con porras toscas y melenas enmarañadas, peleándose por el poder.

En cierto modo se hace ya, aunque sea de otra manera y con otras vestimentas.

¿Qué ha pasado o está pasando con nuestros jóvenes? ¿Qué nos pasa por la cabeza al ver tamaña barbaridad? ¿Qué les estamos dando o dejamos de darles para que actúen así?
De nuevo la concienciación de la masa es indispensable. Otra vez, tenemos la obligación moral de pararnos a pensar sosegadamente en las posibles soluciones, desde todos los ámbitos. Hay que partir desde cero, desde los hogares donde nacen esos chic@s que optan por divertirse de forma tan aberrante.

Los padres tenemos la obligación de educarlos en la solidaridad, en el altruismo, que no en la bonanza exagerada, por aquello de “hay que ser bueno, pero no tonto”. Y sobre todo tenemos que hacerles ver que la crueldad, el terrorismo, la barbarie, no son buenas aliadas. Que son manifestaciones salvajes inapropiadas en la convivencia pacífica y social en la que deben querer vivir para auto realizarse.

Las instituciones deben prodigarse en enseñanzas éticas, de civismo, de convivir, dialogar. Instaurar unas pautas educativas bien consensuadas, pensadas hasta el mínimo detalle pensando siempre en las personas como tales, como seres únicos e irrepetibles, que han de saber ser humanos, ser respetuosos con sus congéneres para así conseguir una sociedad donde merezca la pena vivir y sobre todo convivir…

¡Qué vieja me siento diciendo esto y qué desolador tener que hacerlo!

3 comentarios:

CharlyChip dijo...

Ojalá me sintiese yo con ganas y fuerzas para explicar cuan viejo me siento y porqué, pero no es el caso.

Solo diré que nada nuevo hay bajo el sol y la humanidad ha visto antes de ahora tiempos oscuros.

Cada mañana me levanto y me esfuerzo en apartar las nubes del horizonte, en ver el sol...

Y lo máximo que alcanzo es a abrir la boca para decir:

Estoy aqui, todavía...

Un besote y un abrazo

Marinel dijo...

Hey,Charly...te veo desanimado, con los hombros agachados...
La vejez es psicológica, querido amigo mío.Todo depende de lo viejo que quieras sentirte y no dudo de que motivos tendrás,pero lo mejor es buscar motivos para no sentirse así...¿no crees?
Por la foto no te veo yo tan viejo, caramba,así que a ver esa sonrisa, esos ánimos y esas ganas de estar aquí, pero con ganas de estar de verdad...
Todos tenemos problemas,amigo mío, pero a mí, me gusta llorar hasta hartarme cuando me agobian y a ser posible, relegarlos pronto al cajón donde no dañan y sonreir de nuevo, y reirme, y mirar hacia dentro...y hacia delante...
Te lo aconsejo, es una buena terapia...:-)
Muchos besos.

CharlyChip dijo...

Procuraré :-)

Un besote