lunes, 13 de octubre de 2008

Un mar de lágrimas.

El cielo se ha enfurecido. Se ha roto.

El mar celeste se despoja de soles vestidos de naranjas o amarillos y se viste de grises casi negros. Y llora.

Llora desconsoladamente en principio, para pasar al llanto estremecedor, desgarrador, impresionante.

Llora y llora sin parar y mientras lo hace, ruge con fiereza desbocada lanzando destellos de ira a su alrededor.

Las calles permanecen casi desiertas. Las gentes temen el estado de ánimo de la superficie celestial. Sienten miedo a mojarse con esas lágrimas abundantes que despejan la atmósfera y ensucian el asfalto.

Los valientes que deciden salir, saben de ante mano que bañaran sus cuerpos. Saben que sus pies navegaran en lugar de caminar, que corren el peligro de derramarse en la tierra acabando encharcados por fuera e incluso por dentro.

Es época de lluvias y en algunos lugares llegan ansiosas, desesperadas por dejarse caer.

Las nubes se notaban henchidas o hinchadas. Necesitaban ferozmente desprenderse de todas las aguas que han ido absorbiendo a su paso por tantos y tantos lugares.

Al fin, lo hacen desvistiendo su esponjosidad del líquido elemento y lo esparcen aprovechando que el cielo estaba triste.

Ahora sienten sus figuras más estilizadas, pero aún no sonríen ufanas. Se siente en el ambiente que quieren seguir derramándose de forma inmisericorde.

Tengo la húmeda sensación de que todo acabará por relajarse. Que las nubes adquirirán la silueta perfecta que hará posible que su carácter se dulcifique.

Entonces invitarán al astro rey a salir de su guarida y requerirán sus cálidas caricias. Él temeroso, probablemente algo asustado, asomará su anaranjado rostro tímidamente hasta saberlas contentas y en ese momento, sabremos a ciencia cierta lo que intuíamos:
Tras la tormenta…llega la calma…

2 comentarios:

CharlyChip dijo...

Que asía sea.

Un besote.

Camy dijo...

Y cuando esas nubes toman vida propia y quien las contempla adivina sus formas, sin darse cuenta ya está viviendo y disfrutando con el astro rey.