lunes, 3 de noviembre de 2008

Sonrisa, por favor.


Me resulta imposible despertar la sonrisa que se me ha escondido asustada ante tanto desbarajuste humano.
Inspiro e intento concienciarla para que salga. La animo hablándole quedo, susurrándole que me es imprescindible, que sin ella el peso del malestar es insufrible.
Y nada, que sigue ahí en algún lugar de mi cuerpo cobijada sin hacer acopio de valor y mostrarse.
Pienso detenidamente en cuanto nos rodea a los seres humanos y la verdad es que la comprendo e incluso me solidarizo con ella, sin embargo la necesito para seguir adelante y soportar.
Me agobian enormemente las noticias pusilánimes venidas de la mano del crueldades inimaginables…Lo mire por donde lo mire, el mundo es un vertedero de sentimientos negativos que va “in crescendo”, arrasando a su paso lugares limpios, verdes como la esperanza, vestidos de sentires bondadosos, plagados de sonrisas y risas que parecen desaparecer aplastadas por toda la inmundicia que se adueña lentamente de este planeta redondo.
Curioso esto último: nuestro planeta es redondo como un cero, pura expresión de nulo, nada. Es achatado en los polos, como si el peso de la inmensidad del espacio lo fuese estrujando por ambos lados hasta hacerlo desaparecer…
De sobra es sabido que somos una incógnita, un misterio sin resolver. Que navegamos en una inmensidad archidesconocida casi en su totalidad.
Quizá se nos ubicó en este círculo achatado porque era el más idóneo a nuestra personalidad destructiva a sabiendas de cual sería nuestro final…
Muertes, torturas, violencia, pobreza, ignorancia, pérdida de fe y valores…
Me doy cuenta que con estos pensamientos revoloteadotes que me ocupan, no ayudo en nada a mi sonrisa.
Pero es que hoy me siento como el planeta que habito: redonda y achatada por los polos.
Me animaré pensando que la sé dentro de mí y como amiga fiel me saldrá al paso de manera espontánea. Entonces miraré al cielo sonriente y veré un rayo de sol abriéndose paso en la oscuridad…

1 comentario:

CharlyChip dijo...

La tierra es la fuenta de todas las alegrias auténticas, nuestra madre Gaia es una fuente de vida muy poderosa y la vida es alegría.

Quizás deberíamos fijarnos mas en ella y un poco menos en sus hijos bastardos con sus enormes bolsillos de Harpo malvado forrados de oro (amarillo o negro) y dólares.

Nuestra fuerza es la vida, algo ajeno a este paraiso del falso desarrollo que la farsa humana ha creado.

Despierta de esta pesadilla y vive, aunque el cielo esté nublado sabes que el sol está ahí, jugando al escondite tras la nubes... El viento lo devolverá a nuestros ojos más pronto que tarde.

Un par de besos y un abrazo.