jueves, 29 de enero de 2009

Educar no es tan sencillo...




La Educación para la ciudadanía está de moda. No puede objetarse y esto ha hecho que padres cuya negativa a que sus hijos recibieran esta asignatura, pusiesen el grito en el cielo.
Esta reciente asignatura que se imparte en el último ciclo de primaria no ha sido muy bien recibida desde su nacimiento por un sector de la población que tiene su propias preferencias o simplemente estaban de acuerdo con el modelo de estudios anterior.
Para concienciarnos de lo que ésta pretende enseñar, me he informado en Wikipedia, de la que he extraído este párrafo:

“La Educación para la Ciudadanía tiene como objetivo favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras a través de la consolidación de la autoestima, la dignidad personal, la libertad y la responsabilidad y la formación de futuros ciudadanos con criterio propio, respetuosos, participativos y solidarios, que conozcan sus derechos, asuman sus deberes y desarrollen hábitos cívicos para que puedan ejercer la ciudadanía de forma eficaz y responsable.”

El consejo de Europa recomendó a todos los países miembros la creación de dicha asignatura en beneficio de una sociedad democrática libre, tolerante y justa. La teoría es la defender la pluralidad, los derechos humanos, los valores y principios de libertad en un estado de derecho, como es una democracia.
Todo este asunto no ha hecho sino crear desasosiego en algunos sectores de la sociedad, como en algunos padres conservadores que ven en esta asignatura un deseo del Estado de tomar las riendas de la educación de sus hijos. Algo a lo que no están dispuestos en absoluto, y para evitarlo están dispuestos a subir todos los peldaños de la justicia. Se ven respaldados por la Iglesia católica e incluso por una sección del consejo escolar del estado.
Otras organizaciones piensan en cambio, que dicha asignatura será beneficiosa para que nuestros jóvenes se integren plenamente en la sociedad actual.
Parece ser que uno de los temas más escabrosos es el que trata de la igualdad ante la ley de las personas, sin miramientos respecto al sexo y sus preferencias en este terreno.
La objeción de conciencia, era una salida satisfactoria a la que optaron los sectores contrarios citados anteriormente.
Sin embargo; la negación del tribunal supremo ante tal objeción, alegando que en nada puede perjudicar la educación de los padres con respecto a sus hijos y que en ningún caso puede coartar el desarrollo de los jóvenes, ha traído consigo y de nuevo, la polémica.
El tribunal modificará ciertas cuestiones delicadas en beneficio, según dicho tribunal, de los alumnos. Cuestión ésta que gira entorno a la incógnita que se ha planteado de inmediato:
¿Es un tribunal quién tiene que decidir lo que estudian nuestros hijos?
El debate está servido. Nació con esta iniciativa de enseñar a los ciudadanos futuros…y como ven…la cosa no ha hecho sino empezar…

3 comentarios:

CharlyChip dijo...

Para mi esta asignatura debería limitarse a enseñar el funcionamiento y contenidos de nuestro sistema de gobierno, explicar el espíritu que con el que se creo la letra que lo define, enseñar a convivir en una democracia respetando las reglas de juego.

Las religiones simplemente deberían ser algo que se enseñase en los lugares de culto o en el domicilio de cada cual.

Un saludo

Marinel dijo...

Carlos, eso pienso yo.Aunque a simple vista, eso parece pretender.
La religión es algo que cada padre elige para sus hijos y son lo suficientemente consecuentes para enseñarla del mejor modo, o eso creo yo,claro.
Gracias por comentar.
Un beso.

CharlyChip dijo...

Espero que los halcones del adoctrinamiento ideológico de uno y otro bando dejen que la asignatura sea lo que tiene que ser: Una enseñanza del comportamiento cívico

Espero que nuestros hijos al fin puedan escuchar las voces deseables de la razón y el corazón para una convivencia en paz y justicia.

Los dogmatismos creo que mejor será que no los saque el mago de la chistera, están bién allí, en un rincón oscuro y profundo.

Un beso