jueves, 19 de marzo de 2009

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí


Los analistas más diversos sostienen que el cambio en Cuba se producirá con la desaparición de Fidel Castro, pero resulta que Fidel aparece y desaparece como el río Guadiana. Las apariciones tienen lugar cada cierto tiempo en las páginas del Granma, y desde ahí define los caminos por donde debe avanzar una senilmente decadente caricatura de revolución cubana que lleva muchos años girando en remolino sobre sí misma.

Cuando Raúl Castro sustituyó a su hermano, los observadores le atribuyeron un espíritu más pragmático y aperturista, pero no ha sido así. Los cambios de Raúl hasta ahora sólo han sido limosnas, como que los cubanos puedan adquirir teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos o que puedan alojarse en los hoteles hasta entonces reservados a los extranjeros. Pero no ha habido una reforma estructural de la economía, ni ha traído escenarios de libertad real.

S
i el castrismo ha sobrevivido tantos años, aun con muestras de claro anquilosamiento, es por culpa de la absurda política de bloqueo de EEUU, que ha dado las cartas que necesita Fidel para jugar con habilidad la partida de la resistencia. Los avances que nos anunciaba Raúl parecían abrir la etapa del raulismo, sobre todo tras la defenestración política de reconocidos fidelistas como Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, pero el espejismo ha durado poco y los cubanos siguen tragando cada mañana la saliva de un miedo que los inmoviliza.

2 comentarios:

María dijo...

Domingo:

Me hiciste gracia cuando dices que Fidel Castro aparece y desaparece como el río Guadiana jaja.

Un beso.

CharlyChip dijo...

Para el exterior han vendido cambios cosméticos y dulces palabras envenenadas para Obama, para las filas defensa a ultranza frente al gran enemigo Yanky de la revolucion, para la gran masa cubana los hoteles que no pueden adquirir (el chocolate del loro), para la juventud cubana la falsa libertad de la tecnología pero siempre bajo estricto seguimiento y control...

Para todos ambigüedad...

A falta de nada mejor, confunde al enemigo.

Caerá por su propio peso, cuando sus cimientos ya no puedan sostenerlo regalaran la libertad como algo que graciosamente otorgan...tal vez...

Así ha pasado en otras dictaduras sometidas a similar desgaste, que mantenian infiltrados y modelados todos los resortes del poder.

Tambien me ha gustado la analogía del Guadiana María, me ha hecho reir.

Un saludo