sábado, 21 de marzo de 2009

Hoy


Cualquier persona es destino de sí misma, como si habláramos de una meta más allá de los hechos ocurridos y derribáramos nuestros miedos a golpe de valor y montones de optimismo. Ser consciente de ello, ser realmente consciente de ello, nos aseguramos la alternativa de poder cambiar cualquier cosa, desde nuestra propia felicidad hasta la de los demás.

Uno se siente feliz desde el primer momento que usa la palabra felicidad para hablar en pro de ella. Y si esta es la auténtica cura, habría que abogar para que todo el mundo enfocara sus pensamientos y actos en el presente, porque no hay nada más absurdo que recalcarse en algo que sucedió hace tiempo y quizás nos atormenta hoy.

Sería un error que atormentándonos por nuestro pasado, nos excusara para intentar cambiarlo, y mucho menos tratar de evitarlo. Pues bien, malas noticias: la película "Regreso al Futuro", de Michael J. Fox, hace mucho dejó de estar en cartelera. Así que dejemos la ciencia ficción a un lado y vivamos este presente, que es el único que nos merece. Dicho de otro modo: no existen curas mágicas para provocar una acción que resuelva otra anterior, aunque podemos basarnos en ella para crecer.

El otro día leí en un libro una verdad como un templo.A todo el mundo le hubiera gustado que en la Guerra del Peloponeso, en la que murieron muchísimas personas allá en la Grecia Clásica, no se hubiera producido jamás. ¿Pero qué le vamos a hacer ya? Es pasado y ocurrió hace cientos de años. Y el caso es que no hay nada que separe ese pasado con el día que vivimos justo ayer. Así que, sabiendo esto, ¿para qué sufrir por algo que está ya en él? No podemos ponerle un pasado a nuestro pasado.Se puede decir esto:

"aquello que pasó es pasado"
Sin embargo, no podremos decir jamás:
"aquello que pasó fue pasado"

Busquemos y encontremos opciones, alternativas, dones, magia... Pero ante todo, hallemos la felicidad en todo momento. Sí, aunque parezca mentira, estamos hechos para vivir. Seamos persistentes en nuestros sueños... Cuidémoslos y mantengámoslos vivos.

A cada día que pase serán como flores que germinan creciendo un poco más gracias a nuestra gran dedicación.

3 comentarios:

CharlyChip dijo...

La vida es eterno presente, el pasado una ventana cerrada y el presente una puerta abierta.

Nadie con sentido común pierde su tiempo ante una ventana cerrada en un día soleado rememorando la sensación de calor, más bien sale por la puerta y se expone al calor del astro rey para sentir sus cálidos rayos.

Cada día, cada sensación tiene mil matices pero solo cinco sentidos para captarlos. Utilizarlos para captar lo bueno y tomar fuerzas para seguir adelante es lo más inteligente...como se suele decir "si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas".

Be happy

Un abrazo

Anónimo dijo...

Pasado, presente y futuro son indisolubles. El pasado explica el presente y éste sienta las bases del futuro. Es un todo que tan sólo es perjudicial cuando lo convertimos en una limitación y no en una cantera de oportunidades.

María dijo...

El pasado no existe, el futuro tampoco, vivamos el presente desde cada momento, cada instante, cada día, intensamente, como si hoy fuera el último momento de nuestras vidas.

Las puertas que se cierran en el pasado, deberemos dejarlas cerradas, no volverlas a abrir, sino continuar abriendo las que se nos presenten a lo largo de la vida.

Me gustó mucho este post.

Un beso.