domingo, 6 de septiembre de 2009

¿Donde está la brújula?

A cualquier persona encargada de decidir las rutas del futuro, no olvidemos que los políticos lo son, tanto personas como encargados de decidir las rutas del futuro, se le puede y debe pedir algunas cosas, aunque deberiamos esperar de ellos muchas más de su propia iniciativa y conciencia como personas que son...

A veces se toman las decisiones y los caminos correctos, en ocasiones se toman los equivocados... La primera exigencia lógica y práctica es la rectificación ante el error evidente, para lo cual es precisa la autocrítica antes que el autobombo...

Cuando en la toma de decisiones se ha actuado de buena fe, la única exigencia razonable es la responsabilidad política y con ella a menudo la pérdida del poder como consecuencia a través de los votos o la censura parlamentaria. Cuando se ha actuado de mala fe, y particularmente si se ha pretendido obtener beneficio personal y/o partidario de ello, la responsabilidad se ha de llevar más allá y para eso estan las leyes y el poder encargado de hacerlas cumplir..., o así debería ser...

Lo deseable sería el acertar siempre en la elección del camino, los hechos demuestran que no siempre es así. Sería también deseable el reconocimiento público de los errores, para que todos aprendamos de ellos, como lo sería la capacidad de la ciudadanía de asumir el error razonable como algo superable, que no invalida por si mismo a un representante, siempre y cuando se rectifique.

Errar es humano, persistir en el error percibido es de asnos..., de partidos políticos y a menudo de votantes...

Esperemos ser capaces de encontrar la brújula del buen sentido que nos guíe a unos y otros.

El bien de toda la ciudadanía, que todos los ciudadanos del mundo tengan al menos acceso a la alimentación y a los medios para procurar su salud debería ser lo más importante.... , por encima de los supuestos derechos que los políticos, empresarios o banqueros han decidido y podido otorgarse a si mismos utilizando la representación política que los votos les han otorgado o la presión que su posición económica les ha permitido y permite ejercer.

La adquisición del derecho de representación de la ciudadanía por los representantes políticos y los partidos, o el nombre de quien asuma el poder ejecutivo debería ser indiferente para los votantes siempre y cuando actuen de modo correcto.

Para unos y otros debería ser importante sin embargo el ejercer su derecho a la libre opinión, a la discusión abierta, a la actuación en conciencia en su ámbito y con los límites que las leyes le permiten, para elegir a sus representantes o ejercer como tales representantes.

El necesario equilibrio no solo entre los poderes públicos, sinó también entre los poderes públicos y privados debería ser una prioridad para que la ley pueda aproximar los hechos al camino de la justicia.

En ese camino, la actitud responsable de los ciudadanos y su capacidad, garantizada por la ley, para acceder a la información necesaria para tomar con buen juicio sus decisiones a la hora de votar, son las únicas que garantizaran que haya una posibilidad real de seguir el camino correcto en libertad.

Espero que queramos y sepamos encontrarlo.

¿Ponemos nuestro granito de arena para que así sea?

2 comentarios:

amor que soy dijo...

los hijos de la luz somos torpes con los asuntos del mundo

mejor que buscar la brújula en asuntos públicos, encontrarla en la propia vida

CharlyChip dijo...

Unos y otros nos afectan, no por dejarlos de lado dejarán de afectarnos Santiago

Un abrazo