viernes, 4 de septiembre de 2009

LO ÚLTIMO DE PÉREZ-REVERTE

El post anterior de Andrés hace que éste sea el siguiente capítulo (o el primero, según se mire). Le daría un tirón de orejas a mi semi-paisano Reverte si hiciera lo que dice al final: "Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos".
Si es que más objetivo no se puede ser...

El asunto es largo pero merece la pena:

La vicepresidenta del Congreso, indignada con Pérez-Reverte por un artículo
La socialista Teresa Cunillera, que ocupa la vicepresidencia del Congreso de los Diputados, ha dedicado una airada carta "al Director" a Arturo Pérez Reverte que escribió un texto muy crítico con los parlamentarios.Le pide "más reflexión" y "menos exabruptos".

He aquí el artículo de marras:

"Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar.

No identifico a casi ninguno y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada.Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos. "

8 comentarios:

CharlyChip dijo...

Indigna el descaro, la falta de modestia, la falta de interes por actuar como representarntes de los ciudadnos, la mentalidad de élite que come aparte y en eso no hay distinciones salvo en los discursos en visperas de elecciones.

En general piensan, parecen y actuan mas como reyezuelos que como representantes de...

Un abrazo

Andrés Paredes dijo...

Hola Dolita.
Estas denuncias, entre otras, las llevo publicando desde hace tiempo en mi blog “la zona mileurista”, recuerdo que algunos comentaban y pocos se preocupaban por estos temas, eran otros tiempos. Todo de color de rosa.
España iba bien y los billetes de 500 euros viajaban en maletín de piel de cocodrilo. Este fragmento “ (...)los privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. (…) me a recordado en particular un post sobre la jubilación y los 35 años de mi blog.
Me gustaría publicar este texto en mi blog “la zona mileurista” ,con tu permiso, me podrías decir donde puedo encontrar el texto y la información sobre la queja. Pienso que es muy interesante divulgarlo.
Te puedes poner en contacto con el correo de los redactores, si no lo tienes Charly te lo puede proporcionar o si lo prefieres desde el formulario de contacto de mi blog principal en Que! Lo encontraras en, secciones-contacto-
http://blogs.que.es/14667/posts
Te estaria muy agradecido.
Muchas gracias. Un beso.

Dolita dijo...

Charly,
Suena triste pero deberíamos acostumbrarnos a pensar que los siguientes harán lo mismo. Tienen doble moral y varios raseros.
Un beso

Andrés,
Ya te he envíado la información.
Un beso

Kelevra dijo...

Volvemos a lo de siempre, muchos gritos, muchas injusticias, mucho descaro, mucho caradura, pero.... mañana será otro día, otro día igual.

Está claro que ellos se lo guisan y se lo comen, no escatiman ni en ingredientes ni en la cubertería, y se aseguran de que no les vaya a sentar mal.

Es como el anuncio del pulpo del Scatergories, nosotros somos las fichas, ellos, los que modifican las reglas a su gusto, porque sino, se quedan con el juego.

Domingo dijo...

Alguna vez que otra me he topado con Pérez-Reverte en la Carrera de San Jerónimo, él bajando y yo subiendo, y la verdad es que su cara de asco y amargura es un poema, así que es posible que experimente todo eso que ha escrito y más multiplicado por mil. ¡Je,je,je! Me gusta su estilo, más como columnista que como escritor, y me gusta porque no se la pilla con papel de fumar, arremetiendo contra tirios y troyanos. Leerle es terapéutico. Exorciza mis demonios. :)

amor que soy dijo...

menudo par de h tiene el pr, pero la verdad es que se pasa y que hay también un poco pose de escritor que quiere llamar la atención, cómo no

se ha ganado ese derecho

Julio dijo...

Dolita, es así de claro, ellos, que no tienen ningún problema, se hacen leyes que aun les beneficia más si cabe, se crean comisiones que ni dios sabe bien para qué sirven, o sí, para cobrar sus pecunias, como me recuerda la canción de Serrat “Los macarras de la moral” y esos versos que dicen:

Si no fueran tan temibles
nos darían risa.
Si no fueran tan dañinos
nos darían lástima.
un abrazo

Alberto dijo...

Totalmente de acuerdo con él, máximo cuando no ha olvidado que está generalizando. Los intelectuales, escritores, etc. tienen la "obligación" de transmitirnos su pensamiento, reflexiones, etc. también sobre la política.
http://albertilandia.blogspot.com/