martes, 5 de enero de 2010

Noche de magos



Hacía justo año se había jurado que no le volvería pasar, frente al fuerte playmobil y el escuadrón de los maldelman al completo.


Era la hora de la cena y estaba cansado por los saltos y los empujones de la cabalgata, aunque había merecido la pena, los envoltorios de caramelos apuñados en sus bolsillos lo corroboraban. Cenó rápido, nervioso, intranquilo, mascullando su plan, debía cumplirlo hasta en el más mínimo detalle si quería descubrir el secreto. Tras ayudar a recoger la mesa se marchó al salón a ver la televisión como todos los días, sus padres en el sillón de enfrente, uno recostado sobre el otro, y él tumbado en el sillón grande, todo para él. Comenzó a bostezar intencionadamente para que creyeran que Morfeo le estaba posando sus manos, pero viendo que nadie le decía nada, se marchó a la cama más temprano que de costumbre alegando cansancio y un sueño repentino.


Antes de desparecer bajo las sábanas dejó todo preparado sobre la silla, la sudadera de su equipo de fútbol favorito, los pantalones nuevos que le había traído papá Noel, el súper robot Mázinger Z que le acompañaba en todas las misiones, un paquete de galletas del príncipe de Beckelar, y una linterna de mano que había cogido del garaje sin que su padre se diera cuenta. Estuvo bastante rato en la cama atento a todos los ruidos, tuvo que fingir estar dormido cuando mamá vino a darle el beso de buenas noches, pero consiguió cumplir a la perfección la fase 1 de su ingenioso plan.


La casa estaba en silencio, las luces apagadas y sus padres acostados, era el momento de pasar a la fase 2. Se levantó cuidadosamente de la cama, sustituyó el pijama por la ropa que había dejado preparada, porque no quería que le vieran vestido con ositos y corazones, cogió a Mázinger, las galletas, la linterna, y de puntillas bajó las escaleras hasta el salón. Se tumbó en el sillón frente a la chimenea donde siempre dejaban los regalos, colocó a Mázinger de vigía sentado en el reposa manos, y sin hacer ruido abrió el paquete de galletas.


Una sonrisa burlona se dibujaba en su rostro, ese año había sido más listo que nadie, su plan estaba funcionando a la perfección, ya se imaginaba las caras de todos sus amigos mientras les contaba que había visto a lo Reyes Magos. La espera se prolongó lo suficiente para que se terminaran las galletas, y sin saber qué hacer, se recostó en el sillón pensando que igual su casa era de las últimas en las lista de reparto.


Un escalofrío le sorprendió, por un momento estaba desorientado, pestañeó varias veces tratando de ver…¡jope!, se había quedado dormido, un cojín bajo su cabeza y la manta de los power rangers tapándole le dejaron bastante confuso. Al recobrar la visión pudo ver todos los regalos frente a él, sus ojos y su sonrisa se iluminaron, ¡¡ Han venido los reyes!! gritó, mientras comenzaba a quitar todos los envoltorios.


FELIZ DÍA DE REYES

1 comentario:

CharlyChip dijo...

Nada como esta época de sueños en que todo es posible... Bonita historia

Un cordial saludo

Feliz año