martes, 1 de junio de 2010

Un hipotético gobierno de concentración

Desde A Coruña, para quien encuentre mis palabras y reflexiones perdidas en la red de redes.

No soy político, ni siquiera militante, hace años que mis simpatías políticas se guían únicamente por la razón y no tienen garantía de continuidad salvo que mi señora, la razón, las apruebe en evaluación continua sin tiempo de parada. De hecho me ha costado un triunfo y una montaña de fe de entre la poca que me queda, salir de mi caparazón de ira contra la clase política, para aceptar dar de nuevo mi voz y mi voto a alguien. Lo haré sin dudarlo si es preciso.

Hoy lo tengo claro, se ha de hacer algo, he de hacer algo como votante, para que esta situación de parálisis, de caza a la espera, termine cuanto antes. No me vale el argumento de detener la debacle regalando vida artificial a un cadáver, tampoco la de tirar piedras sin más al cadáver caído para asegurarse de que no se levante.

Dado que a mi entender ningún partido tiene peso suficiente con apoyos reales, sin reclamos y dádivas, es necesario un gobierno de concentración con un liderazgo fuerte en personalidad e ideas, al menos hasta agotar la legislatura, luego el futuro dirá cuales son las posibilidades. Espero que, si se hace así, como desde mi punto de vista la razón dicta, no se olvide fácilmente el significado de este espírito en futuras crisis posibles.

De la solidez que den al gobierno de concentración los participantes de cada uno de los partidos tal vez dependan sus posibilidades futuras.

Evidentemente el gobierno ha de ser puramente técnico, el de los más capacitados entre los que sean capaces de dar coherencia a un proyecto en equipo con más lógica y cordura que ideología.

Las opciones: PP, PSOE, IU, UPyD, CIU, PNV...

Sinceramente el resto de los partidos no tienen en mi opinión ni peso ni posibilidades para garantizar liderazgo, eso no me lleva a afirmar que los que quedan tengan alguna, solo que las restantes posibilidades son simple política ficción como candidatos a dirigir un gobierno. Sin duda su apoyo y sus aportaciones en la defensa de sus votantes son necesarios y convenientes. Desconozco a sus técnicos destacados, es posible que alguno de ellos tenga algo que aportar a la recuperación del control de este país, a su supervivencia. Sería deseable que así fuera.

Vayamos pues a los candidatos que tienen hipotéticamente posibilidades...

El PSOE.

En este momento está de capa caída, sin liderazgo visible, sin figuras que desde el gobierno demuestren capacidad para afrontar los problemas y decisiones. Está tan pobre de liderazgo como acobardado por la debacle que lo mantiene al borde del abismo.

Esta tachado a lo largo de su historia en democracia por procesos de corrupción y maniobras poco claras, como tantos otros, sin embargo destaca en ello en el grupo de cabeza junto con el PP.

Es frentista, es la cara mas fuerte de una de las dos Españas que tiempo ha deberían haberse convertido simplemente en pueblo español.

Tiene personas capaces.

Debe reunir a sus personas capaces, renunciar a su frentismo por el bien del país y recuperar mediante la capacidad demostrada de sus figuras técnicas relevantes su autoestima y capacidad de decisión, lavando su imagen con hechos que demuestren el peso que merece en la política nacional, no solo por sus votos, sino también por su actitud.

El PP.

Su estrella no está en alza, el ser la única opción no socialista de gobernabilidad por el peso de sus votos no es una garantía de nada. La imagen de su liderazgo es pobreza de ideas y falta de carácter.

Esta tachado a lo largo de su historia en democracia por procesos de corrupción y maniobras poco claras, como tantos otros, sin embargo destaca en ello en el grupo de cabeza junto con el PSOE.

Es frentista, es la caras mas fuerte de una de las dos Españas que tiempo ha deberían haberse convertido simplemente en pueblo español.

Tiene personas capaces, sin duda alguna.

Debe reunir a sus personas capaces, renunciar a su frentismo por el bien del país.

Desafortunadamente el poco carácter de su lider lo incapacita para asumir el liderazgo, su falta de flexibilidad lo hace poco apto para obtener apoyos sin conceder dádivas.

Tambien necesita lavar su imagen demostrando su capacidad de cooperación por el bien del país.

IU.

Es poco dado a trabajar en equipo, tiene mentalidad de la soledad de los sabios que no pueden renunciar a sus buenos principios. Lo que ha decrecido su credibilidad para un gobierno en la actualidad lo demuestra su descenso lento pero imparable de popularidad y votos en los últimos años.

Tiene sin embargo figuras técnicas capaces que en ningún modo se pueden despreciar. Tal vez no esté en condiciones de aportar miembros a un gobierno de concentración, no estoy seguro, pero ha de tenerse en cuanta a quien entre sus filas tiene palabras sabias de temas técnicos que aportar al debate político.

UPyD.

Tiene liderazgo fuerte, definido, debate los hechos, las debilidades actuales de nuestro sistema, aporta soluciones posibles. Es a mi entender el único partido capacitado para el liderazgo de un gobierno de concentración a pesar de sus pocos representantes en las cámaras.

No cae facilmente en el frentismo, la razón es su guia y los argumentos, sus armas en una lucha, son las razones sin color empeñarse en ponerles color político.

Tal vez se equivoque, pero creo que su lider es capaz de escuchar, de corregir sus errores, como solo puede hacer quien se atiene a razones.

PNV y CIU.

Me permito la licencia de tratarlos en conjunto. Son la definición pura de la insolidaridad. No tengo ninguna duda de que reúnen técnicos capaces. Debe escuchárseles sin duda, merecen como IU respeto en este aspecto, pero dudo mucho de su idoneidad para reunir fuerzas de todo el país. Son por definición los primos másculinos de la diosa discordia, la eterna mano tendida a cambio de dar apoyos.

Las huellas de corrupción y la proximidad de sus extremistas, por conveniencia política mayormente, al independentismo radical, son inconvenientes en un momento en que es necesaria como nunca la firmeza ante un enemigo, el terrorismo, que puede aprovechar nuestros momentos débiles aun a costa de hundir al país.

Creo que con esto he definido claramente visión, mi postura. Creo que un proyecto en estas condiciones podría funcionar si todo el mundo sabe asumir su papel para salvar a este país.

Espero que aquella a la que propongo sabrá, si tiene la oportunidad, demostrar su flexibilidad, su capacidad de conceder peso correspondiente a sus votos a los partidos sin renunciar a un liderazgo fuerte y mantener el rumbo con base en las buenas razones, sin tolerar desvaríos.

1 comentario:

Feanor dijo...

Buen analisis de la situacion de cada partido y su capacidad para liderar un posible gobierno de emergencias y temporal. Pero seamos realistas nadie esta por la labor de enfrentar esa magana obra, sin aparentemente recivir nada a cambio, q por desgracia es como parece moverse el sistema democratico en este país.