domingo, 22 de marzo de 2009

Las cruces y los silencios

Los alcaldes adoran los buenos principios, reportan popularidad instantanea, pero no sienten particular aprecio por los cuidados de aquello que han empezado, solo dan trabajo...

Ayer, una salmantina que visitaba la ciudad de A Coruña falleció tras precipitarse desde una altura de unos 5 metros. Una barandilla falta del debido mantenimiento de sus anclajes cedió y dio paso al vacío. Un nombre, una cara, un lugar no darían más color a la sangre.

Alguien al parecer olvidó que aquello que se crea tiene la mala costumbre de destruirse por el descuido, el abandono, o simplemente por los demoledores efectos del paso del tiempo...

Cada cual sabrá de sus responsabilidades, o al menos debería. Es bonito figurar en las fotos de las inauguraciones, en los desfiles, en los grandes acontecimientos pero... ¿Que ocurre tras el paso de las carrozas, cuando se apaga la luz de los focos, cuando ya nadie mira con ojo atento...?

Las obras, el mobiliario urbano, las fachadas de las casas,....; todo tiene la mala costumbre de deteriorarse. Los terminos mantenimiento, cuidado, conservación... tienen algo que ver con la diligencia en las funciones que no suscita la presencia de los medios o las autoridades.

La conservación, al contrario de lo que los políticos parecen pensar, requiere autoridades y operarios pendientes de su labor, requiere eficiencia sin testigos, sin premio evidente...

Cuando una labor ha de ejercerse debe hacerse sin más, pare eso se necesita quién la haga y, que yo sepa la realización de las obras, como los mantenimientos debidos, que brillan por su ausencia, no requieren focos, periodistas, ni políticos de sonrisa amplia.

Aparte el lamentable caso, que denota de por si el abandono de las funciones por quien no tiene cara más que para la prensa, del resto se ocupan las compañias de seguros... Esta es una ciudad abandonada por muchos. ¿Cuantos de nuestros ciudadanos, con edad legal para responder de ello o no, contribuyen a muchos de estos deterioros?

Creo que las matemáticas son infalibles. Los resultados cantan por si mismos y las medidas para corregir los problemas también...

Acaso no vemos cada día como se deteriora una ciudad que hemos visto levantarse de nuevo piedra a piedra, solo para ver como se deteriora con una rapidez alarmante...

No solo el mobiliario urbano, las aceras, las fachadas y otras caras visibles por su inmobilidad no siempre segura... Creo que el deterioro del civismo en la convivencia va mucho más lejos. Cada cual sabrá de sus propios pasos y podrá hacer sus cuentas.

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2 comentarios:

María dijo...

Es importante que tomen medidas antes de que sucedan estos hechos tan lamentables, porque después ya no tienen remedio, y quienes siempre pagamos por ello, somos los ciudadanos.

Saludos.

CharlyChip dijo...

Luego del daño de poco sirven las disculpas, la factura la pagamos todos, el daño la perjudicada, en este caso sin remedio posible, pero no ruedan cabezas por la falta de diligencia en cumplir sus funciones con la diligencia debida.

Un beso