lunes, 14 de septiembre de 2009

La escasez, una viajera con pasaporte universal

Vivimos en un mundo donde el dinero abre casi todas las puertas... Las empresas y los bancos mandan y lo demás es cuento. El espacio que queda es para las mafias que manipulan mediante el uso de la corrupción, la extorsión y la violencia los hilos de todo aquello que el estado no protege y/o controla.

Los ciudadanos somos en la práctica objeto de comercio y trata como mercancía con derechos limitados. Somos mercancía laboral para las empresas, mercancía electoral para los partidos, ... y entre unos y otros nos imponen sus reglas para la eficiencia de "su" negocio.

El dinero controla al poder porque este necesita apoyo monetario para la propaganda con la que nos "vende" la moto de la libertad en dosis controladas, no sea que cree adicción y queramos reclamar mas de la "debida".

¿De que sirven los votos si no se cumple lo que se promete cuando se piden y en la práctica no se puede exigir responsabilidad?¿De que sirven si las reglas del proceso sirven a los intereses de los políticos y no a los nuestros?

La ley es un animal que se mueve con lentitud y torpeza que en la práctica se debate entre la ineficacia, la corrupción y el caos.

Puede que las lenguas nos separen pero más lo hacen las fronteras, la fuerza de la ley de los países y su capacidad de mantener el orden con el apoyo de los militares si le es preciso.

Toda la estructura en si sirve para controlar nuestro natural desmelene, supongo que nuestra naturaleza es caótica y más en los tiempos presentes cuando la democracia es un disfraz amable de un estado sin fuerza ante los poderes económicos.

Los ciudadanos tienen limitadas las migraciones al turismo mientras las empresas transpasan con facilidad las fronteras para aprovechar los desequilibrios de costes económicos y laborales en su beneficio y en el de los políticos de los países donde reinan las dictaduras y/o la falta de derechos laborales.

Lo que se impone es la democracia para los más afortunados, las dictaduras y el bloqueo al desarrollo para los desafortunados donde es conveniente para el negocio...

Las amenazas de los locos, los grupos armados y los tahúres, el futbol y las noticias son la distraccion oportuna en los momentos críticos en que el poder se disputa en desigual liza.

Ellos son los leones y nosotros la pitanza o los sembradores de fortuna por cuenta ajena.

El ser humano común es al fin mercancía desechable a la que se puede abandonar en el arcén cuando no es útil, a la enfermedad cuando no es negocio salvarlo... Las condiciones las pone el fin su valor para los poderes económicos y políticos.

Tal vez seas parte del poder económico, político o militar, quizás un gerente, un capataz, un empleado, un esclavo sin derechos o simple mercancía laboral y políticamente caducada. ¿Encajas en alguna de estas etiquetas?

La llamada civilización es a fin de cuentas barniz en un mueble viejo, en algunos lugares esta como nuevo, en otros sitios se ha caído, en otros más ha estado siempre pelado porque nunca se ha barnizado...

Los afortunados nacen en el lugar adecuado, en el tiempo propicio que con suerte se prolonga durante toda su vida..., otros no tienen tanta suerte, algunos ninguna.

1 comentario:

Julio dijo...

Charly se puede decir más alto, incluso en negrita, pero no mejor
Un abrazo