martes, 16 de marzo de 2010

Calidad y Costes. Un equilibrio inteligente

En una actividad empresarial una competición en calidad no impide una competición en costes, mas bien se trata de mantener un equilibrio inteligente que pretende superar a los competidores sin daños colaterales que más tarde puedan devolvernos la pelota.

En muchos sectores productivos se ha establecido en los últimos años una competencia feroz en precios entre las empresas, la calidad ha salido más o menos bien parada dependiendo de los casos, la mano de obra ha pagado la mayoría del pato con paro casi siempre, con menores incrementos salariales en otras ocasiones.

Evidentemente no todas las actividades empresariales siguen un mismo esquema pero, el efecto general que intuyo de esta tendencia es que en muchos sectores se ha bajado no solo la calidad sino también el control de la misma pretendiendo reducir los costes en una espiral que parece no tener fin, casi una caída en barrena... El efecto secundario, un deterioro de la imagen de las empresas que han optado por esta vía, tanto de los ganadores como de los perdedores...

También se ha tratado de reducir los costes de la mano de obra para conseguir el mismo fin, fabricando en otros países con costes de mano de obra más bajos, el fruto evidente de esta opción es el paro en los países industrializados con mayor tradición democrática y un nuevo respiro económico para los países más restrictivos con los derechos laborales, normalmente sociedades en que la democracia no existe o es más débil ante los poderes económicos...

Los efectos pues son que los países con democracias débiles ante la protección de los derechos de los trabajadores y las dictaduras se benefician de los errores del empresariado y los gobiernos de los paises democráticos cegados por la sed de los beneficios y el progreso a corto plazo. Que la imagen de calidad de los productos de las empresas de los países desarrollados se pierde en gran parte. Que el paro aumenta en las democracias fuertes debilitando el pilar que las sostiene, una población productiva formada y capaz. Que crece la desconfianza de la ciudadanía en sus políticos, empresas y entidades financieras en las democracias fuertes. Que las democracias débiles pierden el poco control que tienen sobre los derechos laborales animados por una engañosa burbuja de prosperidad que no tiene futuro posible, sus compradores también se hundirán... ¿A quien venderán entonces? Que las dictaduras se fortalecen...

Los únicos ganadores posibles parecen las industrias de armamento, aquellos que tienen la muerte por único objetivo. Ellos son los únicos que no tienen normalmente limitaciones económicas. Donde hay dictaduras se centra el gasto mayor en la carne sacrificable, donde hay democracia se centra el gasto en la calidad con la intención de evitar el deterioro de la imagen de la que viven los políticos...

Nuestro motor no es la ética sinó quien sangra nuestros bolsillos, el carnicero que nos llevará al sacrificio...

¿Que saldrá de todo esto? No lo se, hay demasiadas variables en juego pero me atrevería a decir que se perderá mucho con este juego perverso.

La competencia debería ser en calidad, en avances enfocados al bien común, pero con un ajuste de precios razonable sin que se nos pierdan los derechos laborales y el trabajo en ello.

Quizás nos esta costando demasiado la excesiva influencia de los poderes económicos y sus criterios puramente economicistas en la ética, en la política, en las leyes...

Tal vez nos olvidamos demasiado a menudo de que en un sano equilibrio puede sobrevivir mejor todo lo humano, por eso todo nuestra evolución social nos lleva a desastres cíclicos. Tal vez no esté en nuestra naturaleza conservar la cordura demasiado tiempo.

3 comentarios:

APU Barcelona dijo...

Hola Charly.
No se puede crecer indefinidamente.
Hay que cambiar el sistema productivo y encontrar un reequilibrio entre la producción el consumo y el uso de los recursos.

He venido con el traje de hacer fotos
para añadirme como seguidor, estoy trasladando los "muebles" del blog Qué! Foto a un nuevo hogar.

(Ya he votado para la plantilla)

Un saludo, Andrés.

CharlyChip dijo...

Complicada cuestión sin duda pero está en la raiz de los problemas, el consumismo desaforado no es la solución de todos los males y desde luego no se puede pedir a los bolsillos mermados.

Jejejeje te sienta bien el traje de hacer fotos ;-).

Gracias por dar tu opinión.

Un abrazo

Kelevra dijo...

Últimamente lo que se ve es que la calidad ha pasado a un segundo plano, solo importa el tiempo facturado, la cantidad de trabajadores y los jodidos informes. Nos atoramos entre papeleos, propuestas, memorandums y pautas a seguir, cuando el verdadero resultado nunca cambia.
No sé por donde acabará la historia, si todo explotará o haremos como que nos hemos visto nada, pero el límite de esta ecuación tiende a cero, y nosotros somos los sumandos.