jueves, 6 de mayo de 2010

España no es Grecia, ni geográfica ni económicamente

Desde A Coruña, para quien encuentre mis palabras y reflexiones perdidas en la red de redes.

Este gobierno ha generado mucho descontento en una parte importante de la población de este pais, particularmente en los parados, eso es evidente, pero la situación española no se parece en nada a la de Grecia.

¿Qué justifica mi modo de pensar, de interpretar la realidad?

En mi opinión, la prueba más evidente de ello es que tenemos tantos gastos prescindibles en la administración pública, en nuestra estructura de acción de gobierno que, si los regulásemos debidamente, restringiendo o eliminando los innecesarios o posponiendo los menos urgentes, aun sosteniendo a nuestros muchos parados en este momento hasta arreglar su situación, estaríamos en una situación mucho más desahogada, bastante mejor que la actual, desde el punto de vista de los presupuestos del estado, nuestra principal herramienta de acción.

Es cuestión de flexibilidad, ello no implica, antes de que nadie ponga el grito en el cielo, perdidas de derechos sociales de los trabajadores o perjuicio para los empresarios, solo cambios .

¿Alguien aquí tiene miedo al cambio?

Creo que la racionalidad con nadie está reñida. Solo quienes manipulan de la razón para su propio provecho crean desequilibrios reales o ficticios que cierran caminos en donde el equilibrio puede reinar para beneficio de todos.

Padecemos de sobrados recursos e ineficiencia del gobierno en la gestión de prioridades. Este es un gobierno de gasto alegre y sueños, solo es bueno para épocas de bonanza. La solución racional es cambiarlo. Esto no indica que mi opinión sea que el Partido Popular sea la única alternativa viable, hay otras con posibilidades reales, aunque algunos se empeñen en negarlo.

¿Por qué pienso que es así?

Porque la capacidad de un pueblo para variar sus opiniones según las necesidades que traen consigo las circunstancias cambiantes de la toda la comunidad es lo que lo define como verdaderamente libre. Esa flexibilidad es lo que nos define como libres junto con la fe en nuestro propio poder. Si hemos alcanzado la madurez política necesaria como pueblo es ahora cuando debemos demostrarla. Nuestro, de todos nosotros, es el poder real.

El actual bipartidismo de facto no es la única vía. La voluntad de un pueblo realmente libre es la que define cuan drásticos pueden ser los cambios que es capaz de realizar cuando es necesario. Conocimiento, razón y valor construyen libertad. No hay lugar para el miedo de ser libres. El agotamiento de la via actual ha alcanzado un punto crítico y la capacidad real de unificación de voluntades en otra dirección ha alcanzado la masa crítica. Es la hora H del dia D, porque la conciencia de lo que nos une se ha agrandado con la crisis mundial.

Hay otros líderes preparados, con experiencia política y la racionalidad de sus argumentos es evidente, el contraste con los restantes la hace resaltar. Escuchémoslos sin prejuicios y podremos captarlo. Malamente quien se niega a ver todo sin prejuicios puede ser libre.

Yo creo que hoy es el día en que al fin reunimos todos los factores para poder hacer una elección realmente libre. Es nuestro momento como ciudadanos. Todos los factores lo hacen posible en esta conjunción de circunstancias.

4 comentarios:

Katy dijo...

No está nada mal tu razonamiento y estoy casi del todo de acuerdo con tu planteamiento. Y sería viable si hubiera una España pero hay 5 o 6 y cada cual quiere arrimar el ascua a su sardina. En vez de unir esfuerzos lo que hacen es dividir, separar, y así el díálogo para salir de la situación actual no es nada fácil.
Un abrazo

CharlyChip dijo...

Hola Katy:

Es la historia de una muerte anuciada tal vez por una vez la inteligencia prime y reaccionemos a tiempo, incluido el hipotético futuro cadaver.

Las circunstancias son las propicias pero..., contra la estupidez hasta propios dioses luchan en vano.

Los más solidarios son los compañeros de mesa vacia... Todos los capitales no pueden fugarse a la vez a Suiza, todos los pobres no pueden presentarse a comer a la mesa de Zapatero o Rajoy...

Aun así, muchos sentirán la tentación de huir a Suiza o a las Islas Caimán sin maletas si me equivoco, por algo será.

El que menos de la mayoría ha perdido parte de su poder adquisitivo, algunos de sus lujos y tal vez hasta un estatus.

En una época hedonista, de privelgios compartidos, niñatos llorones de lágrima facil y caprichosos todos sufrimos, incluso los que no tienen porque...

El hambre y el miedo hacen extraños compañeros de mesa y de cama.

La fuerza de la razón debería bastar, pero estamos en España, el pais de Rinconete y Cortadillo, todo es posible.

Es posible que Don Quijote no escuche a Sancho una vez más...

Somos un país de morir con estilo. Tal vez deberíamos empezar a aprender a vivir con estilo. Otros han aprendido antes.

En todo caso el tiempo dirá que clase de demócratas somos... Lo demostrarán estos dias y los posteriores a lo que sea que pase porque, aun saliendo de la mano de quien salgamos, deberíamos haber aprendido a vigilar a nuestros políticos como halcones sin fecha de caducidad ni acomodo, siempre al filo de la navaja hasta que los cambios se establezcan, hasta que sean pura costumbre. Tal vez en esta ocasión no nos conformemos con un régimen de fe ciega y partidismo.

Gracias por tu visita y tu comentario.

Un abrazo

Domingo dijo...

Hay demasiadas trincheras abiertas, y ni ganas de cerrarlas por parte de muchos, como para llevar a cabo lo que con tanto seso propones, amigo Carlos. No obstante, prefiero tu optimismo beligerante al resignado cinismo en que solemos instalarnos para no salir de nuestro inmovilismo. Gracias por tu llama inspiradora.

CharlyChip dijo...

Espero que sirva de algo esta vez Domingo.

De un modo u otro, ocurra lo que ocurra, es un placer recibir tu visita, eso basta para mantenerme en la batalla.

Un abrazo