miércoles, 5 de mayo de 2010

La rentabilidad es el criterio

Desde A Coruña, para quien encuentre mis palabras y reflexiones perdidas en el mar de letras de internet.

No, no voy a hablar de fórmulas y técnicas para tener éxito empresarial o personal en los negocios o las finanzas, que quede claro.

Hoy voy a hablar de un tema más genérico, de las motivaciones en las relaciones humanas de todo tipo, en particular tocaré el tema de las relaciones entre la ciudadanía y los órganos de poder y representación de toda índole, pero también las relaciones entre los individuos de igual o distinto sexo, también son en gran parte relaciones de poder.

Evidentemente no pretendo hablar de o juzgar a personas concretas cuya valía, bondad, honradez y honestidad no pretendo poner en duda, aunque compartan los defectos inherentes a nuestra naturaleza y sus consecuencias evidentemente indeseadas e indeseables según nuestro alto sentido de la moral. La civilización es solo una delgada capa de barniz, un engrase social, que no resiste una larga y profunda mirada.

Voy a hablar de lo que los hechos reflejan, en mi opinión, en el tiempo que me ha tocado vivir... Tal vez en épocas de crisis se hacen más evidentes algunas cosas, pero creo que son parte de nuestra naturaleza y como tales, se manifiestan siempre en mayor o menor grado.

Nombraré lo malo, creo que para descubrir lo bueno nadie necesita otra cosa que su soledad o su psiquiatra, su espejo, su ego y su capacidad para amarse y perdonarse infinitamente a si mismo.

Para el gobierno...

Para el gobierno un ciudadano es "útil" cuando está en condiciones de pagar impuestos y dar votos. Los demás ciudadanos no son para cualquier gobierno más que la paja que necesariamente acompaña al trigo, un subproducto de utilidad secundaria y puntual.

No nos engañemos. El resto queda para las políticas sociales, un tema secundario por la simple razón de que no es rentable salvo en votos y su valor es tanto como el número de votos que pueden aportar en un momento en que son críticos los márgenes de mayoría. En otro caso se les ignora con buenas palabras y algunas migajas para evitar reacciones sociales indeseadas. Si no son masa critica por las circunstancias del momento no son rentables.

Para los sindicatos...

Para los sindicatos el ciudadano trabajador en activo es un valor, particularmente si está sindicado... Son la justificación de su existencia, de las subvenciones millonarias de los gobiernos.

Los parados, las mujeres... Solo son rentables si se pueden utilizar sin mayores perjuicios para sus valores importantes, las relaciones con los trabajadores en activo y los gobiernos. Ambos son rentables. Las minorías solo lo son cuando las circunstancias del momento los convierten en recurso utilizable o cuando su protesta puede ocasionar trastornos en los accesos a la financiación y la justificación de su existencia. En otras circunstancias son un trastorno por sus dificultades de integración, un trastorno que se ignora con muchas buenas palabras y pocos hechos.

Para los empleadores...

Para los empleadores los ciudadanos se dividen en varios grupos:
  • Los siempre necesarios. Preparados, bien remunerados. El empleador está en espera de encontrar otros con igual capacidad, menos condiciones para exigir, menos edad y por lo tanto menos derechos adquiridos. Solo entonces su puesto peligra. Entre tanto pueden permitirse jugar moderadamente al cambio, a la oferta y la demanda... Sin pasarse, que siguen siendo prescindibles en caso de representar una melestia. El poder no admite discusión.
  • Los de baja cualificación y conocimientos. Poco preparados, que ejercen trabajos secundarios y son facilmente sustituibles... Son, con perdón, la carne de cañón del mundo laboral... Fáciles de sustituir, con pocas posibilidades de exigir, adquirir o ejercer derechos por estar siempre bajo amenaza de despido. Son la gran masa a la que se recurre siempre que es posible, incluso para ejercer trabajos que corresponderían a sus superiores por formación, pero cuya cualificación les permite ejercer... Le toca a menudo ejercer trabajos de "Ud." con condiciones de "tu". Son los mercenarios de bajo coste, sufridos y callados porque no les queda otra. Les toca agarrarse como lapas a su puesto de trabajo y mimetizarse con la alfombra para no llamar la atención o cualificarse para hacerse imprescindibles.
  • Los mayores de x años. Son un recurso poco rentable en general. Su posibilidad de continuar trabajando depende únicamente de saber si es mas rentable echarlos o quedarse con ellos. Su vida laboral pende del hilo de la legislación proteccionista. Según su edad se acerca a ciertos límites les toca ser prudentes con la calculadora de rentablidad en la mano.
  • Los menores de x años. Son un recurso cuya vida laboral depende de la experiencia a la que solo se puede acceso con una gran valía y unas exigencias laborales y de sueldo proporcionales a la valía pero ojo, sin pasarse, que hay muchos a la cola esperando y se envejece más deprisa de lo que parece, se corre el riesgo de envejecer como parado eterno en casa de papá y mamá.
Para la banca...

Para el sector financiero no hace falta mucha explicación. No dan nada por nada. Solo te dan algo cuando ya tienes mucho. Las migajas arreglan la paz social en los momentos de bienestar. Cuando hay crisis..., sin palabras. A cada cual le toca salvar su barco, impedir que se suban tantos que pueda hundirse y al final del capítulo los ganadores escriben la historia, lo demás simplemente son historia

Para la prensa...

Solo cuentas en tanto gritas o eres capaz de formar masa critica... El resto forma parte del fondo literario de relleno...

Quizás parezca cínico expresarse así, todos tenemos nuestro corazonzito diría alguien... Le recomendaría pensar en el hecho de que los organismos de poder y decisión, aunque están integrados por personas desde el primer al último lugar del escalafón, tienen filosofía propia asociada a los vicios de su propia función, aquellos que le dicta el ansia de ganar que son "rentables", sin concesiones...

Solo me queda una última cosa por decir, una última batalla por iluminar bajo con los focos por ahora en esta crítica de la naturaleza humana, sus relaciones, sus valores reales o ficticios... Su modo de ser.

La de los dos sexos entre si y con su contraparte...

Que alguien me niegue que también tiene su parte de "rentabilidad"... Aquí dicen muchos en depende que escenario que el corazoncito pesa más... Será, pero yo no estaría tan seguro. Los márgenes de seguridad tolerables son más estrechos de lo que parece..., tanto más en una época de individualismo y egoísmo feroz...

La competencia entre iguales siempre ha trabajado entre la "caballerosidad" sin caballo sea como sea la silla de montar, la mentira y la franca hostilidad. Solo los moderan la mentira y la ética de conveniencia disfrazada de arma de paz.

La alianza entre opuestos... bueno, no sabría que decir. Un beso es solo un asalto, la cama es un ring de boxeo, ya lo decía Sabina. La conveniencia dicta casi siempre las reglas, la consecución de cuotas de poder es el legislador... La desigualdad está servida en cualquier caso, aunque no siempre con las mismas armas.

La fuerza de cada posición determina la definición de sentido de la justicia, de la equidad, la bondad...

"El hombre es un lobo para el hombre..." No, realmente los lobos son menos crueles y más racionales aunque sus "razones" sean simplemente dictadas por el instinto de supervivencia y de manada.

No tienen problemas de canibalismo social salvo en circunstancias muy extremas, solo relaciones de fuerza y poder, sin concesiones ni éticas que les frenen más allá del instinto de supervivencia. Solo hay heridos en batallas internas de poder en contadas ocasiones, es muy raro que haya muertos o desposeidos en extremo, quizás porque al contrario que los humanos saben cuando es más conveniente callar y obedecer que luchar. La sutileza es a menudo mejor arma que la espada, pero ni ellos se lo creen tanto como para dejar ir las cosas demasiado lejos.

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