viernes, 26 de septiembre de 2008

La balanza tiene trampa


Cual ave de presa desde las alturas me gusta a veces analizar la realidad del mundo, tal cual si me pudiese permitir esa tranquila mirada de observador virtual... Observador por ver, leer, captar significados y detectar tendecias como un simple analista imparcial..., virtual porque cuando lo hago reniego de mis propios egoismos y visiones parciales para abarcar el terreno con una mirada libre de tendencias egoistas, al menos eso pretendo... ¿Será que a veces, algunas veces..., es posible...?

En tus manos lector está la bara que medirá mi capacidad para asumir tan dificil bilocación mental...

Cuando como observador que pretende ser imparcial dirijo mi mirada hacia la realidad del mundo laboral y empresarial..., no puedo evitar sentir interes, respeto por la tarea y un cierto temor a equivocarme en mis conclusiones ...

Me refiero a ese mundo cuyo funcionamiento supuestamente supervisa el estado, el mismo que el empresariado de España y del resto del mundo controla con manos propias o extrañas para perseguir beneficios huidizos que se escurren cual agua entre los dedos, aquel que todo sindicato supuestamente vigila con ojos de halcón para detectar vicios en su funcionamiento, el que todo trabajador mira con el mismo interés que a toda fuente de finaciación de sus proyectos y con el temor de quien se sabe detendiente mientras no decida trabajar para si aceptando las temibles riendas de su propia independencia...

Por otro lado observo también con una cierta prevención ese otro mundo, el de los grandes negocios y capitales que transpasan los límites de las fronteras...

Por último poso mi mirada sobre otro mundo todavía más lejano... El del sector de las materias primas estratégicas y la producción/explotación/transformación de los materiales que proporcionan energia y materia base a esta gran máquina cuyos resortes y ruedas dentradas transmiten movimiento a nuestras industrias, transportes,...

Cuando ya he abarcado el panorama con los ojos y observado su funcionamiento no puedo evitar plantearme preguntas, observar actitudes y tendencias...

Ante nosotros se abre el abismo, una crisis... que, real o ficticia, ahoga nuestros bolsillos, debora ilusiones y, en ultimo termino, consume seres vivos con la mirada inmisedicorde de depredador esclavo de sus instintos cuya necedad le lleva a deborar sin mesura a sus presas hasta conseguir su propia extinción por hambre.

No nos engañemos, no es una guerra entre iguales. Aunque nuestra naturaleza humana sea idéntica no todos tenemos, sentimos y controlamos igualmente los instintos más primarios...

El mundo empresarial está formado por los audaces, los arriesgados, los luchadores.... Aquellos cuyo instinto de supervivencia, su ambición, ansia de poder y satisfacción altamente desarrollados les lleva a perseguir su consecución como casi único objetivo reduciendo a los mínimos los frenos éticos que plantean objeciones a la consecución del objetivo primario..., en los casos mas loables son el motor del progreso..., suben y hacen subir a quienes les siguen, tal vez a veces caigan, pero vuelven a levantarse luchando con teson por ascender cada escalón...

De otro lado están los conformistas con objetivos más limitados, aquellos que prefieren metas mas modestas. Los mismos que amanecen con angustia posando los ojos sobre una vida que apenas controlan dentro de los estrechos márgenes de su propia de su entorno cercano laboral y familiar... El resto queda lejos de sus manos. Cumplen el papel que han conseguido obtener como máquina individual dentro de una gran fábrica de sueños que no siempre son del todo suyos. Su mayor fortaleza es su número, su mayor debilidad la incapacidad para sumar fuerzas y su falta de visión de conjunto.

El penútimo actor de este juego de poder es un espontaneo que ha sabido aprovechar una carta de la fortuna, aquella que la naturaleza ha enterrado bajo su propio suelo... No pretende progreso ni objetivos, solo disfrutar de los beneficios que la diosa le ha dado y utilizarlos para satisfacer sus necesidades y ansias, para obtener control de parte de las palancas que dirigen los avatares del gran juego... Es un especulador que, sin producir ningún beneficio global, consume hasta la propia yerba del terreno de juego..., cuyo unico afan es recoger sus frutos de pacman diabólico sin más imaginación ni talento que el que le lleva al camino de satisfacer sus instintos de deborador implacable que recoge los frutos que la gravedad trae por el a tiera. Sabe situar la mano en el lugar donde caerá la manzana que reclaman sus apetitos.

Por último tenemos al último elemento de esta partida, el especulador más puro, aquel que solo mueve sus fichas de papel..., propias o ajenas, el que juega siempre en movimiento, sin seguir las reglas del gran juego, su vida es el riesgo, aprovechar o manipular las reglas del mismo para cambiar el valor de sus fichas. Comprar y vender aire es su modo de ordeñar el esfuerzo ajeno sin utilizar para nada su capacidad de creador porque simplemente no tiene o no quiere usarla.

Observemos ahora con suspicacia los hechos cercanos...

En una sociedad con estos jugadores, donde la información es una avalancha de unos y ceros que circula a una velocidad cercana a la de la luz, en la cual el conocimiento del acontecer diario es un extraño y huidizo elemento solo accesible a quien controla los canales de difusión, ¿cual es la responsabilidad de cada jugador....? Creo que la medida la da su propio poder de decisión, los límites para obtener conocimiento y su actitud al controlar sus fichas...

Hoy en día la política, la herramienta del control del poder, es simplemente una cortina de humo que esconde al verdadero poder..., el del gran juego que acabo de describir. Quien controla las fichas y la dirección del juego lo controla todo, incluso a los jugadores sobre quienes tiene la capacidad de ejercer presión controlando la información, sus dependencias, sus medios de obtener sus pequeños y limitados objetivos hasta absorver su propia esencia convirtiéndolos en simples peleles manipulables cual marionetas en este baile.

¿Alguien tiene dudas a la hora de reconocer a los actores de esta obra...?

Creo que conocer el entorno, sus entresijos, sus personajes, es la única via para quitar la venda de los ojos y obtener así sea un poco de verdad y control sobre la propia vida.

Reconocer debilidades y las fortalezas propias y del "enemigo" es la primera medida para interpretar en un futuro la realidad que nos rodea y decidir que debemos hacer... , que hemos de cambiar en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea para hacerlo más justo, mas equilibrado...

Hoy en día hemos cometido el error de los grandes números..., aquel que nos ha llevado a dejar que fuerzas ciegas que han adquirido poder propio controlen los movimientos del único personaje cuyos intereses, gustos, luchas y objetivos nos importan, el ser humano individual cuya suma forma una sociedad que no controla su propio destino. Este y no otro es el golem..., la gran máquina viva que debora poco a poco a su propio creador desde la corta visión de sus instintos más básicos.

Aqui, tras las rejas que guardan las puertas de este circo, observo el paso de las horas a la espera del alba que pondrá en juego las fuerzas que decidirán mi destino. Mis únicas armas son mis ojos, mi voluntad y mi pluma, con ellas vigilaré mis espaldas y despejaré el camino que me lleva al objetivo, sobrevivir a la puesta de sol y para ver un nuevo amanecer...

1 comentario:

Marinel dijo...

Ocurre que analizando todo con detenimiento e intentando discernir la obra y sus actores, te das cuenta de que está escrita, de que el reparto está hecho y como siempre los protagonistas son los de siempre y el resto tienen papeles de mayor o menor relevancia,pero que nunca ascenderán al gran papel.
Los hilos están movidos desde arriba y somos títeres que con los ojos desorbitados miran hacia arriba con el temor de que se rompan los hilos y nos dejen caer en un abismo sin final.
Todo es cómico y drámatico a la vez, la obra se va desarrollando al antojo de los que han sabido crearla para beneficio propio.Son el lobo del cuento y nosotros la caperucita.
Pararse a pensar en la trama en la que estamos metidos es desolador, y nos hace sentirnos nimios.
Es mejor sentarse a esperar el final de la obra luchando por hacer nuestro papel con maestría, sin dejarse embaucar por los artífices de que nos sintamos en la cuerda floja cual equilibristas de circo, que es en definitiva lo que es la vida.
Lo peor es que cada vez es más dificil sostenerse en la cuerda o salir a escena con la cara sonriente...
Un beso