jueves, 9 de abril de 2009

Memorables II

'Hay muchos lieder, melodías, canciones sobre la ausencia amorosa. Y sin embargo no encontramos esta figura clásica en Werther. La razón es simple: aquí, el objeto amado (Carlota) no se mueve; es el sujeto amoroso (Werther) quien, en cierto momento, se aleja. Ahora bien, no hay ausencia más que del otro: es el otro quien parte, soy yo quien me quedo. El otro se encuentra en estado de perpetua partida, de viaje; es, por vocación, migratorio, huidizo; yo soy, yo que amo, por vocación inversa, sedentario, inmóvil, predispuesto, en espera, encogido en mi lugar, en sufrimiento, como un bulto en un rincón perdido de una estación. La ausencia amorosa va solamente en un sentido y no puede suponerse sino a partir de quien se queda -y no de quien parte-: yo, siempre presente, no se constituye más que ante , siempre ausente. Suponer la ausencia es de entrada plantear que el lugar del sujeto y el lugar del otro no se pueden permutar; es decir: "Soy menos amado de lo que amo."'


Roland Barthes - Fragmentos de un discurso amoroso

6 comentarios:

brancalúa dijo...

Si recorro las ausencias y las huidas, en donde unas veces he sido "el yo" que se queda y otras "el otro" que se va,este breve texto de fragmentos amorosos revela una verdad a medias.Pienso yo.
Siempre el que se queda ama más o siente más el peso del vacio de la ausencia???
Todavía me cuesta saber que es exactamente el Amor.

Domingo dijo...

El texto tiene su miga, pero yo, en este Jueves Santo, ando espeso cual torrija.

María dijo...

Hola, Camille;

Encantada de volver a leer estos episodios Memorables, me estan gustando mucho, porque cada uno trata de algo diferente, y además nos dejas el enlace para poder visitarlo.

En los sentimientos del desamor, siempre suele ser que uno es el que aleja, y el otro el que se queda, que es el que más sufre esa agonía, porque el que se va, el que huye, lo hace porque siente que su amor está muerto, pero el que se queda, aún siente ese amor que permanece y siente, y que se convierte en una auténtica agonía con el silencio, el abandono, la soledad, la tristeza de sentirse ya no amado, de pasar de ser un príncipe o una princesa en el reino de los sentimientos del amor, a pasar a ser totalmente nadie. Es duro muy duro, y, lo mejor es intentar que pase el tiempo para dejar que ese amor se apague.

Muchos besos, Camille.

CharlyChip dijo...

La soledad es el veneno o el nectar que sazona los largos periodos de entre estaciones en este viaje.

Quien añora en exceso las estaciones se consume en la espera... Quien se recrea en exceso en las estaciones, abandonandose al impulso sin condiciones, llorará amargamente los gozos pasados durante los largos silencios.

Afortunado quien es lo suficientemente equilibrado para sobrellevar ambos estados o mantener un largo equilibrio.

El único ganador espera al final del viaje, el resto es ilusión de viajero, la fortuna es tener billete. Quien lo olvida solo cosecha lágrimas.

Un abrazo

Julio dijo...

Todos hemos estado en cada lado,
en ambos duele.
En uno porque aun se ama,
en el otro porque se ha amado
y el daño causado duelo

Un abrazo

Marinel dijo...

Leo este Memorables, al darme cuenta de que me había perdido uno...
Tema abigarrado,sin duda.
Se es ausencia y se es presencia intacta.Ambas cosas en momentos independientes de la vida.
Está claro que cuando se es el que queda,con esta situación sobreentendemos que lo hacemos porque amamos más y el que parte deja los sentmientos de lado al partir.
Marcha,ligero de equipaje,pasando a ser ausencia para nosotros (los que quedamos,yo)
Sin embargo al ser nosotros los que partimos, al ser ausencias de otro ser que quedó,nos apercibimos de que marchamos cargados y nos sentimos "yo" igualmente que el que se queda...
Difícil medir el amor siempre en una situación de desamor por parte de una parte de la pareja...
Complejo de verdad.
No sé si habré sabido explicarme.
Besos.