martes, 18 de agosto de 2009

Una palabra que se escapa

Una frase que se vierte, un silencio que atormenta, una multitud que no acompaña, una soledad que desconcentra; una noche, una tarde, un cometa, unas letras que no dicen nada, un hombre que resucita cuando su muerte ya estaba marcada. Un país mudo, un rebaño que no grita, una oveja descarriada, una marca del pasado que no se quita; un alarido en la noche, un vello erizado, un termómetro que no baja, un ventilador cansado. Una sociedad enferma, una cura que no llega, un investigador en paro, una excusa que se inventa. Un asfalto castigado, un volcán en erupción, una calma que no vuelve, una tormenta eterna en cada vagón. Una carta, una falta, una marca, una lacra, una patera huyendo de la ley, que desembarca. Un respeto que se pide, un respeto que se gana, un respeto que se exige, una pérdida no encontrada. Un te quiero, unas manos y una lágrima, un chico cansado que no consigue su rima. Un casa hecha de cajas, un gobernante que no las mira, una sonrisa para las cámaras, un voto en negro que lo castiga. Un pasado que no existe, un ayer que no volverá, un mañana desdibujado, un presente que nada cambiará…

2 comentarios:

María dijo...

Palabras que están ahí, que van y que vienen, que se escapan, que lloran, que gritan y enmudecen.

Son palabras del presente, de lo que se nos ha escapado, de ese tren que recorre toda una vida, y de lo que vendrá.

Palabras que vierten, que flotan, que sueñan con un mundo mejor.

Saludos, compañero.

CharlyChip dijo...

Suscribo cada palabra de lo dicho por María, mejor no se puede contestar.

Un abrazo María, JoseL.