viernes, 25 de septiembre de 2009

Los Astros y la Mitología

Como ya sabéis, estoy publicando una serie titulada Astrometría del Sistema Solar en la que poco a poco voy dando datos útiles sobre los cuerpos que componen nuestro pequeño vecindario. Y mi amigo Donaire Galante como buen literato, siempre encuentra la similitud entre el nombre que se le puso a los astros y su carácter. Así que un día me decidí a proponerle un post conjunto explicando el por qué de este intercambio de creencias humanas. Se trataba de aunar la mitología, la cultura y la literatura con la ciencia, aportando cada uno valores de ambos aspectos. Él aceptó y he aquí el resultado.

“Antes incluso de que los Dioses nacieran ya existía el Caos, ese abismo profundo y oscuro donde todos los elementos confluían: agua, tierra, fuego y aire convivían en perpetuo movimiento chocando entre sí constantemente. Y de este vacío surgió todo. Así es como explica el poeta griego Hesíodo el origen del universo en su obra la Teogonía. Después de Caos fueron sucediéndose las deidades: Gea (la tierra), Tártaro (el infierno) y Eros (el deseo del que nace la vida), Nix (noche), Érebo (oscuridad), Éter (luz), Hemera (día)…”
“Dada su especial relevancia no es de extrañar que los griegos homenajearan a sus dioses otorgándoles a los planetas del Sistema Solar sus nombres. Más tarde los romanos adaptaron éstos a su propia mitología, quedando del modo en que hoy los conocemos. La correspondencia se estableció teniendo en cuenta las características comunes que compartían los unos y los otros”.
Donaire Galante

Mercurio (Hermes para los griegos): dios de los comerciantes. Por ser el mensajero de los dioses y estar más cerca del sol. El dios Mercurio ha inspirado no sólo el nombre del planeta por sus vuelos de un lado para otro, además es el origen del elemento mercurio y la plata mercurial debido a su carácter errático y volátil.



Venus (Afrodita): diosa del amor y de la belleza. Por ser el planeta que más brilla, el más contemplado y el preferido de los poetas. Después de la Luna y el Sol, Venus es el objeto más brillante del firmamento, por eso sus movimientos en el cielo eran bien conocidos por la mayoría de civilizaciones antiguas y debió ser conocido incluso en tiempos prehistóricos.


Tierra: madre de todos los dioses. Por ser el lugar donde éstos deciden sobre el destino de los hombres y que les evoca su inferioridad. Gea o Gaia, diosa que personifica La Madre Tierra en la mitología griega. La de grandes pechos, la madre de los dioses, era considerada una Diosa Madre o Gran Diosa.



Marte (Ares): dios de la guerra y la fuerza. Por ser rojo como la sangre. En la mitología romana, Marte, en latín Mars, era el dios de la guerra, hijo de Júpiter. El planeta es el anterior a Júpiter y es rojo como la sangre de los sacrificios que se le ofrecían antes de la batalla.


Júpiter (Zeus): dios supremo, padre de todos los dioses. Por ser el planeta más grande y velar por el orden social. Gracias a que Júpiter protege con su enorme masa a los planetas del Sistema Solar interior, vivimos en una relativa tranquilidad a salvo de impactos.


Saturno (Cronos): dios titán, padre de Júpiter. Dios del tiempo, por ser el más lento. Los antiguos romanos le otorgaron el nombre debido a su posición detrás Júpiter ya que Saturno era su padre. Y es el equivalente al antiguo titán Cronos, dios del tiempo. Tarda casi 30 años en completar una vuelta al Sol.


Urano (Ouranos): dios del cielo y de las estrellas. Por ser el más estrambótico de los planetas. En la mitología clásica, Urano es el dios primordial del cielo y era personificado como esposo de Gea, la Madre Tierra y ambos los ancestros de la mayoría de dioses griegos. Urano era el padre de Cronos (Saturno) y se le dio el nombre debido a que se encuentra tras él.


Neptuno: dios del mar. Cuando se descubrió se le dieron muchos nombres, el planeta siguiente a Urano, Océano, Leverrier, Georgia, hasta que en 1846 se le llamó definitivamente Neptuno o Poseidón, dios de los océanos, por su color azul intenso como el mar.



También los días de la semana provienen de los nombres de los dioses asociados con cada uno de estos astros: Lunes por la Luna. Martes por Marte. Miércoles por Mercurio. Jueves por Júpiter. Viernes por Venus. Sábado por Saturno. Domingo por el Sol (die domini en latín). Astronomía y Mitología presentan, por tanto, una relación sana y fructífera, pero no lo es menos la que une a la Astronomía con la Literatura. Una prueba irrefutable podéis encontrarla en el post que publica hoy Donaire Galante: JEAN-PIERRE LUMINET.

3 comentarios:

CharlyChip dijo...

Un interesante viaje por la mitología y los orígenes de los nombres de los astros.

Besos

Zenda Caballero dijo...

Muchas gracias Charly :) Un abrazo

Julio dijo...

Zenda, sigues sorprendiéndome muy buen trabajo, deberías publicar las fotos en el Caleidoscopio de O.V.
Un abrazo