martes, 29 de septiembre de 2009

¡Paren el mundo que me quiero bajar!



Algunas veces, realizamos buenas acciones sin que los demás sepan ni sospechen quien es el benefactor anónimo. Para algunos esta buena acción no tiene nada que destacar, los dejan más o menos indiferentes otros ni siquiera reparan en ello. Los que mejor nos conocen pueden llegar a detectar o sospechar algunas de ellas, pero a la mayoría se escapan sutilmente en el desarrollo de nuestras acciones cotidianas.

Por otra parte, derivan las acciones de sentido común y civismo, esas que se hacen por condición natural de las personas y no dependen de normas ni sanciones.


En ocasiones perdemos la esperanza y percibimos que, este pequeño e insignificante astro perdido en un inmenso espacio infinito gobierna el caos y la ley del más fuerte.

Ocurre cada día, en la cola del bus, en la oficina de empleo, a la entrada de un ascensor, cuando se abren las puertas del metro y nadie sigue las indicaciones"dejen salir antes de entrar". En definitiva; "sálvese quien pueda", "tonto el último"...

Por mi parte, siempre he procurado cumplir y respetar las normas y respetar a mis conciudadanos. Hasta en las cosas más simples, soy de los que llevan un papel en la mano hasta encontrar una papelera, a veces acaba en el cubo de la basura de mi propio domicilio.
Hoy he tenido la sensación de que algunos individuos "espabilados" nos toman al resto por pardillos.

A la entrada de la ciudad hay unos "bonitos" carteles que prohíben circular a más de 80 Km/h. Perfecto, mantengo la velocidad máxima permitida. A lo largo de unos cuantos kilómetros me adelantan todos, y cuando digo todos son; ¡T-O-D-O-S! Coches , camiones autocares, motos... (bicicletas no circulan por autopista). Estas aptitudes incivicas las vemos constantemente y, de nada sirve legislar. Para algunos la convivencia, el orden y el respeto son palabras que no estan en su vocabulario. Las normas no existen. Con ley o sin ley hacen lo quieren y desprecian a los demás.

Estos individuos necesitarían de una perpetua vigilancia y como eso es imposible nos hacen sentir como idiotas al resto de ciudadanos.

Un vez alguien dijo "¡Paren el Mundo! ¡¡Me quiero bajar!!" (creo que fue Mafalda del genial Quino ) si fuera tan fácil más de uno lo habría hecho hace tiempo.

Pensándolo bien, lo mejor seria poder tener un mundo a la medida para que cada persona hiciera con el suyo lo que le viniera en gana. El que lo destruyera en cuatro días que luego no viniera llorando al resto y cargara con todas las consecuencias. Por lo menos el daño se lo haria a el mismo y su mundo particular.

Si esto fuera posible haría realidad mis sueños y os enviaría una invitación a mi mundo.

Este video de Bruce Branit, "World Builder", es una historia preciosa, con imágenes reales y efectos especiales. Un triste y bello sueño de realidad virtual.



8 comentarios:

brancalúa dijo...

Difícil tema este de solucionar, supongo que cuantos más tengamos un comportamiento cívico quedaran en mayor evidencia este tipo de gente que hace lo que le da la gana.
Un saludo

Alondra dijo...

Puede ser que si no actuas como una oveja seas la "rara" del rebaño, pero soy de las que a veces llegaba a casa con los bolsillos llenos de papeles de chucherías que comían mis hijos. Cuando voy a poner la lavadora me llena de alegría vaciar los bolsillos de sus pantalones, ellos siguen haciendo lo mismo...
Decía mi abuela: un grano de trigo no hace el pan, pero sirve de semilla.
Saludos.

Alondra dijo...

Antes no pude ver el video... Dios!!! me quedé con un sabor amargo. Llegará el día que los habitantes de este planeta disfruten de las cosas a través de una ventana...

Maky dijo...

Hola Andres
Felicitaciones por este buen articulo, una vez mas compruebo que los problemas son comunes en todo el mundo, no se si esto me hace sentir mas mal o mas "comoda" mi pais Colombia no se escapa de estas situaciones.
Bello video con el que complementas tu articulo.
Un abrazo desde Bogota-Colombia
Cris

Kelevra dijo...

No creo que civismo sea respetar todas las leyes, sino respetar a los demás.
Personalmente sigo mis propias reglas, y trato de adaptarme y juguetear con las que me imponen; no tiro papeles al suelo, pero no miro los límites de velocidad de las carreteras. No creo que por ello sea íncívico, no molesto a nadie, eso es lo que me importa a la hora de mis actuaciones. Si voy por una carretera , que marca a 80, y los demás quieren ir a 120, pues allá ellos, yo iré a la que me apetezca, sin molestar.

Aún así, que el mundo se pare, que me bajo.

CharlyChip dijo...

Interesantes reflexiones Andres, agradable de ver el video.

Pienso que las normas solo son una guia de viaje por el mundo humano, no creo que en si mismas sean más que tinta sobre papel.

Es el paraiso o el infierno que construimos orientándonos por la guia o ignorándola según nuestro propio criterio lo que construye la burbuja temporal que llamamos vida.

Los grandes numeros hacen dificil la convivencia..., a menudo con el margen de error, los choques involuntarios y las dificultades de control de tantas interacciones hacen la convivencia intolerable.

A menudo prefiero la soledad

Un abrazo Brancalua, Alondra, Cristina, Joseluinik, Andrés,....

Andrés Paredes dijo...

Hola amig@s.
La imposicion de normas es un fracaso de toda la sociedad, se hacen necesarias cuando las propias libertades pasan de el ambito de lo privado y personal a ocupar espaio colectivo. En muchos casos con la educación y el respeto es suficiente pero en otros si no existieran leyes y normas para regular la convivencia civica el mundo seria más caotico de lo que es actualmente.

Muchas gracias a tod@S.
Un abrazo a los caballeros y un beso a las damas.

Si alguien tiene la oportunidad de leer el diario Qué! En formato papel este post ha sido publicado, tambien lo podeis ver en la edición de PDF en esta dirección.
http://www.que.es/edicion-impresa/

Julio dijo...

Hola a todos, después de unos días de asueto estoy de nuevo aquí. Opino como Andrés, cuando una sociedad tiene que imponer leyes algo va mal, las leyes deberían ser pocas y lógicas, sin ellas sería difícil la convivencia, el resto, es el respeto a los demás. Me fastidia bastante que intenten regular mi vida mediante leyes que hacen otros en muchos casos solo pensando en lo bien que serán vistas por otros y no buscando el bien común.
Un abrazo