viernes, 2 de octubre de 2009

Con estos ojos


La crisis actual, real o supuesta (sus efectos sobre la vida de muchos muchos son innegables, así sea verdad o ficción) ha producido reacciones, pero no las que hubiese deseado, no las que creía y aun creo convenientes.

¿Que ha gobernado nuestras reacciones?

Pienso la reacción o falta de ella según los casos ha sido el resultado de varios factores, entre ellos:
  • La manipulación informativa regulada y controlada por los grupos de opinión y simple presión interesada poseedores de los recursos que les permiten influir con verdades o mentiras en la opinión ciudadana.
  • Los impulsos de nuestra naturaleza, sumados a nuestra razón o emoción, cuando la hemos usado y nuestras limitaciones y habilidades para acceder a información fiable.
  • La influencia de los criterios y opiniones, que con más o menos buena fe según los casos, acertados o erróneos, han expuesto los líderes sociales, económicos, religiosos,... Sus opiniones, razonadas o no. Convertidos en hechos con el apoyo de la fe ciega o la razón.
  • La inercia de un sistema cerrado a pesar de sus falsas puertas abiertas. La fuerza que lo convierte en cerrado es que está construido a la medida de nuestras limitaciones... Donde eso no basta se aplica la fuerza, la manipulación o la simple opacidad de la información.
  • La incapacidad de organizarse e influir en la realidad o el sistema que padece la población por las limitaciones de su naturaleza, por falta de recursos o conciencia de su poder real... Nos ha regido el miedo y la presunción de derrota antes de la batalla.
El hecho es que creo que como sociedad no ha primado la razón sobre la emoción, tampoco la honradez y el buen criterio sobre el egoísmo, la ceguera o la negación. La situación actual es fruto de la manipulación de la opinión, la deshonestidad de unos y el miedo de otros.

El miedo a la perdida del trabajo o las propiedades, la aceptación de la corrupción como algo inevitable, la rendición ante la manipulación informativa y la escasa fiabilidad de un sistema político manipulado y dominado por los partidos no nos ha llevado a una reflexión y esfuerzos por un cambio de la situación. Nos hemos rendido sin lucha por el miedo a la derrota o la sensación de impotencia. El más grande de nuestros enemigos es el miedo bajo una u otra forma.

Si mi instinto no me engaña pasaremos del miedo, la negación de la realidad, la derrota aceptada y la ignorancia voluntaria de la realidad a la comodidad del próximo estadio siempre y cuando salgamos con bien. El resultado será un nuevo equilibrio en la balanza de los desheredados y abandonados a su suerte y los cómodamente instalados en sus nuevos estatus de privilegiados de la fortuna de los esclavos favoritos.

No ha habido una reflexión colectiva con criterio de consideración hacia los derechos y deberes propios y de nuestros conciudadanos. No habrá un nuevo contrato social libre, habrá un nuevo contrato social basado en la presión, la manipulación, el engaño y el miedo... Espero que algún día las cifras que pagamos en el día a día en intereses sangrientos no se conviertan en un gran conflicto que genenere un desastre de proporciones mayores y características más dramáticas, tanto que ni los ciegos, ni los sordos, ni los que hayan perdido el tacto voluntariamente o por privación sensorial puedan negarlo ni a si mismos.

En mi caso personal no me agobia el esfuerzo requerido por las acciones necesarias, no me agobian los sacrificios precisos, simplemente odio entrar en la mecánica burocrática del sistema para solucionar los problemas... Es una fobia personal hacia la burocracia que para mi representa un muro mas alto y temible que el de Berlín, temo menos a la muerte, probablemente la afrontaría con más valor. Esta es una de mis debilidades. ¿Cuales son las tuyas? Piénsalo..., es importante conocer los propios límites y si es posible superarlos para avanzar.

4 comentarios:

María dijo...

Estamos cansados, hastiados, desengañados de todo, y de toda la información manipulada, nos hacen ver que las cosas serán de una manera, y en cambio, luego son de otra, siendo perjudicados siempre los mismos.

Tengo ... miedo no, sino pánico, de pensar lo que me va a esperar en un futuro, y sólo de pensarlo me deprimo, necesito renovación interior y exterior, estoy asfixiada con pensamientos negativos de la información que me llega, que recibo, que me transmiten, tan oscura, tan negra, estoy agobiada.

Un beso.

Domingo dijo...

Bastaría con que cada uno de nosotros fuera un miembro activo de su comunidad. No hacen falta ambiciones más altas para cambiar la realidad. Eso es lo que nos han hecho creer y es por eso que han frenado nuestra iniciativa agobiados por el peso de algo que consideramos inalcanzable. Pero el cambio, el gran cambio, llegará con la suma de esfuerzos en una suerte de cadena, una cadena que hoy por hoy carece de continuidad por tener muchos de sus eslabones oxidados o desprendidos. Y digo lo de siempre: "Piensa global, actúa local".

CharlyChip dijo...

María, creo que nos hace falta firmeza y también "tratar de" conservar la serenidad... Difícil tarea, lo se. Entre noticia y noticia un beso y una abrazo de ánimo.

Domingo, creo en las dos vias, creo que no debemos descuidar la nuestra en espera de que los "santos varones" de la política lo hagan todo. ¿Por qué no cuidar ambas vias a la vez? Nuestra fuerza debe estar en lo inmediato, sin quitar un ojo de lo que hacen toro sentado y nube roja jajajjaja

Esperemos que seamos capaces, por lo de pronto que no falte un esfuerzo, un poco de confianza y un ojo de alcon para vigilar a buitres y pirañas que desde los cielos o los subsuelos minen nuestro propósito o nuestro pecunio.

Un abrazo a ambos y como siempre gracias por lanzar vuestra piedra de la fortuna en mi estanque ;-)

Una Niña Perdida. dijo...

Tengo miedo de que cuatro exaltados e incapaces de pensar en las consecuencias, la líen parda seguidos de manadas empobrecidas, hastiadas, asqueadas y que en nombre de nobles ambiciones como Justicia y Oportunidad...hagan el juego a un puñado de Injustos Oportunistas; tengo miedo de verme identificada en cualquiera de las partes participantes.
Temo perder la serenidad y la objetividad que me dan la valentía necesaria para sacar de no hay, ver donde no está, y luchar con el día a día por la esperanza de un mañana mejor, menos negro de lo que me quieren hacer creer y más gris de lo que querría para muchos, que como yo: ni se creen todo lo que les cuentan, ni confían en los que mucho hablan y ofertan soluciones para...ayer (el pan de hoy por el hambre de mañana).